
En un movimiento que ha provocado una sacudida sísmica en la industria del automóvil, Porsche AG ha anunciado un importante giro estratégico, reduciendo significativamente sus ambiciones de vehículos eléctricos en respuesta a las cambiantes realidades del mercado. El fabricante alemán de deportivos detiene el desarrollo de una nueva plataforma específica para vehículos eléctricos y, en su lugar, lanzará modelos nuevos y existentes con motores de combustión hasta bien entrada la próxima década.
Aprobada por los Consejos de Administración y Supervisión de la empresa, la decisión representa un cambio drástico en la estrategia de electrificación de la marca, ampliamente publicitada. En particular, un nuevo SUV grande, que antes iba a ser totalmente eléctrico, se lanzará ahora exclusivamente con motores de combustión e híbridos enchufables.
Estamos experimentando grandes cambios en el sector del automóvil. Por eso estamos realineando Porsche en todos los ámbitos", dijo el director general Oliver Blume. "Queremos responder a las nuevas realidades del mercado y a las cambiantes demandas de los clientes".
El anuncio cita "el crecimiento significativamente más lento de la demanda de vehículos eléctricos de batería exclusivos" como la razón principal del cambio. Porsche prolongará ahora la vida de sus actuales modelos con motor de combustión, incluidos el Panamera y el Cayenne, y ha añadido nuevas generaciones de estos vehículos a su plan de ciclo de producto a largo plazo. El desarrollo de una nueva plataforma EV para la década de 2030 se ha "reprogramado" y ahora se rediseñará en coordinación con otras marcas del Grupo Volkswagen para compartir costes.
Este cambio estratégico tendrá un coste financiero significativo. La empresa prevé que la decisión dará lugar a importantes gastos a corto plazo, incluidos hasta 1.800 millones de euros en amortizaciones y provisiones, que reducirán su beneficio operativo para el ejercicio 2025. Su previsión de rentabilidad operativa sobre las ventas se ha reducido drásticamente a una cifra "ligeramente positiva" de hasta el 2%, frente a una previsión anterior del 5-7%.
El equipo directivo de Porsche ha enmarcado la decisión como un paso necesario para garantizar la resistencia a largo plazo en un entorno mundial difícil. Han señalado como factores clave los aranceles estadounidenses a las importaciones, el declive del mercado chino del lujo y el enfriamiento de la demanda de vehículos eléctricos.
Reconocemos que estas inversiones estratégicas afectarán a nuestros resultados financieros a corto plazo, pero son esenciales", declaró el Dr. Jochen Breckner, miembro del Comité Ejecutivo de Finanzas e Informática. Las medidas afinarán nuestra identidad de marca y harán que nuestros productos sean aún más deseables".
Aunque la empresa insiste en que sigue comprometida con un futuro eléctrico, señalando que seguirá actualizando los EV existentes como el Taycan y el Macan, el mensaje es claro: el motor de combustión interna, sobre todo en forma de híbridos enchufables, vuelve a estar en el centro de la estrategia de producto de Porsche en un futuro próximo. Este giro pone de manifiesto una tendencia creciente en toda la industria, en la que los fabricantes equilibran los ambiciosos objetivos de electrificación con las demandas inmediatas y aún rentables del mercado actual.




